En la vida hay que saber ser agradecido y devolver al mundo lo que la suerte te ha dado. Tal vez por eso las mascotas son tan fieles con sus cuidadores, velando por ellos y protegiéndolos.
Lo que no es tan habitual es ver a una mascota cuidar de otro animal, sobretodo si no lo conoce de nada, no es una cría y está enfermo. Por eso es que una pequeña clínica veterinaria situada en Bydgoszcz, Polonia, no sale de su asombro con nuestro bondadoso protagonista, un gato enfermero.
Radamenes es un pequeño gato negro que llegó a la clínica proveniente de un refugio de animales, y el se encontraba con una grave infección respiratoria. Había sido encontrado en la calle gravemente enfermo pero consiguió sobrevivir. Desde que se curó no ha parado de ayudar a otros animales convalecientes, a quienes acicala, masajea el pecho, acompaña, y ronronea.
Un comportamiento sorprendente que le ha hecho ganarse el cariño de los veterinarios y de la población de Bydgoszcz.

Cuando Radamenes llegó al refugio estaba tan grave, que la persona que lo llevó hasta el refugió de animales pensaba que tendría que ser sacrificado.

Pero cuando los veterinarios le escucharon ronronear, decidieron hacer todo lo posible para salvarlo.

Gracias a los cuidados recibidos el gato negro sobrevivió milagrosamente.

En cuanto estuvo recuperado totalmente, Radamenes comenzó a comportarse de forma sorprendente acompañando y aseando con su lengua a otros animales enfermos.

Para sorpresa del personal veterinario el gato negro era especialmente amable con aquellos que hablan sufrido operaciones graves.

Lo cierto es que sus cuidados, compañía y calor reconfortan a los animales convalecientes que parecen mejorar más rápidamente.

No sólo cuida de otros gatos, también es amable con perros, conejos y otros animales.

Lo llaman el gato enfermero, y es que está de guardia 24 horas al día.

Tal es la vocación de cuidar a otras mascotas que Radamenes ha demostrado que ha sido adoptado por el centro veterinario.